Otoplastia.

La Otoplastia es la cirugía que se realiza para resolver las deformidades de la oreja tales como las orejas prominentes o “en soplillo”, la ausencia total de la oreja o (microtia), o para reducir el tamaño de las orejas grandes.

Las orejas prominentes o de soplillo son causa de importantes complejos, especialmente en niños y jóvenes. En este caso, es recomendable operarse a partir de los 8 años, ya que es entonces cuando las orejas del niño han alcanzado su tamaño definitivo, los cartílagos ya están formados y han adquirido su mayor grado de consistencia. No obstante, la Otoplastia es un tratamiento que se aplica a todas las edades con fantásticos resultados.

La cirugía de orejas consiste en dar forma al cartílago de la zona auricular, haciendo que pliegue en los sitios apropiados y dejando una pequeña cicatriz imperceptible en la parte posterior de la oreja.

La Otoplastia más frecuente es la operación de orejas despegadas (separadas, prominentes, de soplillo, en asa). En los métodos tradicionales (los más conocidos son los de Converse, Stenström y Pitanguy), el cirujano realiza una incisión detrás de la oreja para exponer y remodelar el cartílago. Ahora existen nuevas técnicas para la Otoplastia sin incisiones, en las que simplemente se utilizan suturas permanentes que se colocan tras la oreja, bajo la piel, para ayudar a mantener la nueva forma de la oreja en su lugar.

En los casos de hiperproyección de la oreja por la ausencia del helix o el antehelix se logra su corrección con cirugías en las cuales se busca reconstruir este. Es ideal realizar estos procedimientos durante la infancia porque las posibilidades de que la oreja regrese a su estado previo son menores.

En el caso de la microtia o ausencia de oreja es mejor esperar a que hayan cumplido de 8 a 11 años según diferentes autores hasta que la oreja sana haya alcanzado el tamaño adulto.

Existen dos tipos de Otoplastia: